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La turuta del Titanic

Feliz Navidad

Feliz Navidad

Para tener presente la Navidad, traer a la conciencia el horror del aborto canonizado que nos ha propiciado el Innombrable e ir abriendo boca en el bicentenario de la que dicen emancipación  de las Américas, o cambio de amo, más bien, en el mejor de los casos, acaso haga bien traer a la vista la forma en que contaba el acontecimiento la vieja esclava de "El Altar", el pago de Don Fernando Fonta, en "Las Lanzas Coloradas", de Uslar Pietri. La ilustra "La matanza de los Inocentes", del colombiano Fernando Botero. 


 

"Cuando nació Papa Dios, estaba chiquito, chiquito como una parapara. San José carpinteaba y la Virgen rezaba el rosario. Pero ellos vivían en la hacienda de un hombre maluco que les echaba muchas lavativas a los pobres negros y a todas las gentes. Y va el Diablo y lo tienta. ¡Ave, María Purísima! Y el hombre maluco era el Rey, y estaba vestido de oro, con un gorro colorado, y vivía en una casa grandota, y tenía buenas mulas, y daba unos banquetes con casabe y cochino y guarapo. Pero el rey quería matar a Papa Dios antes que Papa Dios tuviera tiempo de montársele. Y va y le dice un día al mayordomo: "¡Mayordomo, venga acá! Usted va a salir ahorita mismo y me va a matar a todos los muchachos que haya. Ya lo sabe. Que no se salve ninguno". Y el mayordomo le dijo: "¡Ah Misia Carramajestad, así se hará!". Y salió y empezaron a matar muchachos. Daban grima ese sangrero y esa gritería y ese pilón de muertos. ¡Y mata y mata gente! ¡Y mata y mata gente! ¡Y mata y mata gente! Hasta que se cansaron. Pero a Papa Dios, ¡ah, caramba!, se lo había avisado un ángel y se salvó en su burro. Y entonces, el mayordomo fue a casa del Rey y dijo: -"¡Ay, Misia Carramajestad, ya los matamos a toditicos!". Y entonces, el rey dio un fiestón, donde chorreaban los dulces y la mantequilla; pero a mí no me tocó ni tanto así...".

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