La tonkinesita, una melodía evocadora de la empresa de la Conchinchina.
http://www.youtube.com/watch?v=Aw6f4s6Sqk8
http://www.fncv.com/biblio/musiques/colonies/petite_tonkinoise/index.html
En lo que hoy es Vietnam está documentada la presencia de dominicos españoles desde el año 1678. Con una labor paciente, callada, ajena a cualquier interés político o económico, se había ido sembrando el Evangelio y podía decirse que la empresa misionera se veía, poco a poco, coronada por el éxito.
Acaso fue la presencia comercial francesa en la zona, que se hizo especialmente intensa a mediados del siglo XIX, la que encorajinó a algunos líderes nativos, que acometieron una sangrienta persecución contra los cristianos, tanto indígenas como misioneros extranjeros, que llegó a cobrarse hasta diez mil vidas, al decir de Esteban Infantes (*)
En el curso de aquella persecución sufriría martirio, por cierto, el beato obispo Valentín de Berriochoa, tío bisabuelo de Javier Arzalluz, lo que son las cosas. El detonante de la intervención de tropas de España fue el asesinato, junto a otros misioneros, del obispo dominico español Fray José Díaz Sanjurjo, el 10 de julio de 1857.
El gobierno español, no poco servil a la Francia del II imperio, fue requerido por el embajador francés, Turgot, para que enviara una tropa desde Filipinas, para cooperar en la expedición que a la sazón preparaban los franceses. España accedió al requerimiento y el 31 de agosto de 1858 mandó una fuerza integrada por un regimiento de Infantería, dos compañías de Cazadores, tres secciones de Artillería y fuerza auxiliar (1.650 hombres, entre peninsulares y tagalos).
El 6 de octubre de 1958 fuerzas de Infantería españolas, a las 8:00 de la mañana, entraron en acción, junto a las fuerzas francesas, desembarcando en Danang (donde tantos años después también lo harían los marines norteamericanos). Los expedicionarios se encontraron detenidos por grandes líneas de estacas, clavadas en el lecho del río, en un lugar hacia el que disparaban, con certera precisión, las baterías anamitas. Pese a eso, habiendo conseguido arrancar la estacada, se desembarcó en botes y se consiguió tomar y destruir las baterías desde las que se les hacía fuego, consiguiendo luego llegar hasta los cerros donde estaban las principales fortificaciones, que también destruyeron.
Tras un intento fallido de tomar Hué, se dirigió luego la tropa hacia Saigón (ahora Ho-Chi-Min), que fue asaltada el 17 de febrero de 1859, en una acción en que se distinguió en el combate cuerpo a cuerpo el capitán Ignacio Fernández. Tomada la plaza, no tardaron los franceses en atribuirse todo el suceso e izar la bandera tricolor. Quedaba, sin embargo, la plaza en una situación harto comprometida, defendida por apenas 900 hombres, de los que sólo 100 eran españoles.
Para salvar a aquellos soldados cercados, se envió directamente desde la península ibérica un cuerpo expedicionario al mando del coronel Carlos Palanca Gutiérrez, a quien recuerda todavía una calle en el madrileño barrio de Legazpi, quien sería popularmente conocido como "el chino Palanca".
Carlos Palanca arribó a Saigón en 1860 y consolidó su defensa. Brillante militar y no peor diplomático, propuso que España se hiciera dueña de una parte del territorio, a lo que el gobierno español se negó, plegándose a los intereses franceses.
El 23 de marzo de 1862 se daba por concluido el conflicto tras la conquista del área de influencia en la zona meridional del país conocida como Cochinchina, firmándose la paz el 14 de abril sin que hubiera signatario español alguno. El emperador Tu Duc aceptó las condiciones de París: cedió la zona ocupada a Francia y permitió la libertad religiosa. Un año después, los franceses ocuparon Camboya y una década más tarde, el norte de Vietnam. En 1902 habían conseguido unificar toda Indochina y España no había obtenido ningún beneficio de la campaña. Las tropas regresaron a Filipinas y la historia oficial española empezó a olvidar la expedición. España renunció a pretensiones territoriales en la zona, dándose por satisfecha con las garantías otorgadas por las autoridades locales al culto cristiano, renunciando así a las ventajas que podía obtener, al igual que franceses y británicos, en virtud del Tratado de Tianjin.
Mientras tanto, el nuevo Jefe de la expedición que sustituyó a Genouilly, Page, ordenó la retirada de las tropas españolas no acantonadas en Saigón, sin previa consulta al Gobierno español. El teniente coronel Carlos Palanca Gutiérrez permaneció en la zona mientras el coronel Ruíz de Lanzarote regresaba a Manila.
Tras diversas acciones militares, El 23 de marzo de 1862 se daba por concluido el conflicto tras la conquista del área de influencia en la zona meridional del país conocida como Cochinchina, firmándose la paz el 14 de abril sin que hubiera signatario español alguno. El emperador Tu Duc aceptó las condiciones de París: cedió la zona ocupada a Francia y permitió la libertad religiosa. Un año después, los franceses ocuparon Camboya y una década más tarde, el norte de Vietnam. En 1902 habían conseguido unificar toda Indochina y España apenas había sacado beneficio de la campaña. Las tropas regresaron a Filipinas y la historia oficial española empezó a olvidar la expedición. España renunció a pretensiones territoriales en la zona, dándose por satisfecha con las garantías otorgadas por las autoridades locales al culto cristiano, renunciando así a las ventajas que hubiera podido obtener, al igual que franceses y británicos, en virtud del Tratado de Tianjin. Aquella ocasión militar dio lugar a que Fernando-Mª Castiella y José-Mª de Areliza, en Reinvindicaciones de España, en los cuarenta de este siglo, reclamaran para nuestra nación un territorio en Indochina.
Anam, la Conchinchina, pasó a vivir bajo protectorado francés. La administración colonial favoreció su desarrollo económico y el cuerpo expedicionario pacificó ampliamente el país, después de haber combatido a los Banderas Negras y a los irregulares chinos. El ejército francés tuvo una presencia permanente y hasta cierto punto vivió en armonía con las poblaciones autóctonas. Hubo idilios y amoríos entre anamitas y soldados franceses, que inspiraron canciones como La Tonkinesita.
En 1906, Vincent Scotto compuso la música de una canción a la que Georges Villard puso inmediatamente letra, bajo el título "El Navegante". La obrita tuvo una existencia muy corta. El cantante Polin, interesado en la melodía, pidió a Henri Christiné que escribiera una nueva versión con tema exótico y por entonces nació La tonkinesita, interpretada en su versión masculina por Polin, luego, en su versión femenina, por Esther Lekain y Mistinguett. Fue un gran éxito, hasta tal punto que incluso la orquesta de la Guardia Republicana la grabó en un disco en 1908. Más tarde, en 1930, Joséphine Baker hará suyo esta canción, seguida de Lina Margy. La melodía fue en su momento muy conocida. Es significativo que uno de los personajes de los libros infantiles de Elena Fortún, madrileña, pero con raíces segovianas, en Abades, muy leídos en la posguerra española, se llamara precisamente Matonkikí.
Encontrada esa melodía en la red, no está de más oírla, para hacer memoria de un periodo de la historia tan olvidado. La grabación dura 2 ´40´´. Es la versión de Joséphine Baker, la que se llamó la "Venus negra", la puede escucharse por medio de You Tube y en la página de la F.N.C.V., Fédération Nationale des Combattants Volontaires de Francia. Al principio está un poco deteriorada, pero el conjunto es de bastante buena calidad y se deja escuchar con gusto.
(*) http://hispanismo.org/archive/index.php/t-4954.html
L'soir on cause d'un tas d'choses Avant de se mettre au pieu J'apprends la géographie D'la Chine et d'la Mandchourie Les frontières, les rivières Le Fleuve Jaune et le Fleuve Bleu Y a même l'Amour c'est curieux Qu'arrose l'Empire du Milieu. Refrain C'est moi qui suis sa petite Son Anana, son Anana, son Anammite Je suis vive, je suis charmante Comme un p'tit z'oiseau qui chante. Il m'appelle sa p'tite bourgeoise, Sa Tonkiki, sa Tonkiki, sa Tonkinoise. D'autres lui font les doux yeux Mais c'est moi qu'il aime le mieux. La petite Tonkinoise Version masculine 1er couplet Pour que j'finisse mon service Au Tonkin je suis parti Ah! quel beau pays mesdames, C'est l'Paradis des petites femmes. Elles sont belles et fidèles Et je suis devenu l'chéri D'une petite femme du pays Qui s'appelle Mélaoli Refrain Je suis gobé d'une petite C'est une Anna, c'est une Anna, une Annamite Elle est vive, elle est charmante C'est comme un z'oiseau qui chante. Je l'appelle ma p'tite bourgeoise Ma Tonkiki, ma Tonkiki, ma Tonkinoise Y en a d'autres qui m'font les doux yeux Mais c'est elle que j'aime le mieux. 2e couplet L'soir on cause de tas d'choses Avant de se mettre au pieu. J'apprends la géographie D'la Chine et d'la Mandchourie. Les frontières, les rivières, Le Fleuve Jaune et le Fleuve Bleu Y a même l'Amour c'est curieux Qu'arrose l'Empire du Milieu Refrain... 3e couplet Très gentille, c'est la fille D'un mandarin très fameux. C'est pour ça qu'sur sa poitrine Elle a deux p'tites mandarines. Peu gourmande, elle ne demande Quand nous mangeons tous les deux Qu'une banane c'est peu coûteux Moi j'y en donne autant qu'elle veut Refrain... 4e couplet Mais tout passe et tout casse En France je dus rentrer. J'avais l'cœur plein de tristesse De quitter ma chère maîtresse. L'âme en peine, ma petite reine Etait v'nue m'accompagner Mais avant d'nous séparer Je lui dis, dans un baiser: Ne pleure pas si je te quitte Petite Anna, petite Anna, p'tite Annamite, Tu m'as donné ta jeunesse, Ton amour et tes caresses. Tu étais ma petite bourgeoise, Ma Tonkiki, ma Tonkiki, ma Tonkinoise, Dans mon cœur j'garderai toujours Le souvenir de nos amours. | La noche es causa de muchas cosas. Antes de irme a la piltra estudio geografía de China y de Manchuria: las fronteras, los ríos, el Río Amarillo y el Río Azul. Incluso el Amor es tan curioso que riega el Imperio Central. Estribillo Soy su pequeña Su anana, su anana, su anamita Estoy viva, soy encantadora como un pajarito que canta. Me llama su pequeña burguesa, Su tonkiki, su tonkiki, su tonkinesa. Otras le guiñan el ojo pero soy yo quien más le quiere. La tonkinesita Versión masculina ¡ Para acabar mi servicio fui a Tonkin. Ah, señoras! qué bonito país! es el paraíso de las mujercitas: son bonitas y fieles. Me convertí en el amante de una mujercita del país Que se llama Mélaoli Estribillo Estoy prendado de una pequeña, Es una anana, una anana, una anamita. Está viva, es encantadora como un pajarito que canta. La llamo mi pequeña burguesa, Mi tonkiki, mi tonkiki, mi tonkinesa. Otros le guiñan el ojo pero soy yo quien más la quiere. 2 La noche es causa de muchas cosas antes de irme a la piltra estudio geografía de China y de Manchuria: las fronteras, los ríos, el Río Amarillo y el Río Azul. Incluso el Amor es tan curioso que riega el Imperio Central. Estribillo 3 Muy gentil la muchachita, es hija de un mandarín muy famoso. Por eso tiene en el pecho dos pequeñas mandarinas. Poco codiciosa, no pide, cuando comemos juntos, más que un plátano; es poco costoso y le doy lo que ella quiere Estribillo 4 Pero todo pasa y todo acaba Debo regresar a Francia Tenía el corazón lleno de tristeza de dejar a mi querida dueña. Con el alma en pena, mi pequeña reina vino a despedirme, pero antes de separarnos le dije, con un beso: No llores si te dejo pequeña anana, pequeña anana, pequeña anamita. Me diste tu juventud, tu amor y tus caricias. Eras mi pequeña burguesa, Mi tonkiki, mi tonkiki, mi tonkinesa, Guardaré siempre en mi corazón el recuerdo de nuestros amores. |
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